miércoles, 8 de septiembre de 2021

Proceso al proceso (273)

Que la jerarquía católica en Cataluña hace mucho que dejó de ser etimológicamente católica para volverse descaradamente separatista es algo que he repetido una y otra vez.

So capa de una pretendida equidistancia -igual de miserable que la que el difunto Setién, así arda en el infierno con Arzallus, mantenía hacia los asesinos de ultraizquierda-, se manifiestan proclives a atender las demandas del pueblo catalán (léase, las exigencias de los necionanistas), olvidando que el que no está a favor del cumplimiento de la Ley, está en su contra.

La última actuación en este sentido ha sido la del arzobispo de Barcelona, manifestándose a favor de la mesa de diálogo entre el psicópata de la Moncloa y los golpistas. Podría decir muchas cosas sobre el personaje, pero me limitaré a señalar que no le creo merecedor de la dignidad que ocupa. Mejor haría como su colega de Solsona, presentando la renuncia y marchándose a su casa.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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