Los golpistas catalanes no sólo viven en un mundo de delirio colectivo en el que quieren hacer entrar a todos los que no comulgan con sus pamemas -es decir, a todo el mundo-, sino que además muestran rasgos inequívocos de tener un temperamento esquizoide.
Tomemos el caso de, por ejemplo, la presidente de la asamblea legislativa regional. Esta individua primero tacha la llamada mesa de diálogo -que ya sabemos en qué términos concibe esta gente el diálogo: en decir amén a todas sus exigencias… algo en lo que, por otra parte, coinciden con la izmierda patria (otra coincidencia más, y van…)- de alucinación colectiva -siendo sarcásticos, habría que admitir que, por una vez, dicen algo que se corresponde con la realidad- y se niega a responder en español -el único idioma que, constitucionalmente, todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho a utilizar, aunque ya sabemos por dónde se pasa esta gente la Constitución-…pero exige que el psicópata de la Moncloa esté presente en la próxima reunión.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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