La megalomanía de los golpistas catalanes parece no conocer límites. No dicen que Dios hablara catalán, ni siquiera en la intimidad de la Santísima Trinidad (perdón por la irreverencia), porque es sabido que el idioma que se hablaba en el Paraíso Terrenal y que estuvo vigente en la especie humana hasta la Torre de Babel fue el vascuence… aunque los epígonos de Sabino Arana nunca han aclarado en cuál de los siete dialectos regionales requebraba exactamente Adán a Eva (la serpiente seguro que hablaba en español, claro).
Pero de ahí para abajo, todo
catalán. San José, catalán. Miguel de Cervantes, catalán. Erasmo de Rotterdam,
catalán. Santa Teresa de Jesús, catalana. Cristóbal Colón, , catalán. Aragón,
catalán. Y ahora, el delirio ha alcanzado su límite: están volviendo a dar el golpe,
pero ahora para salvar a la humanidad. O, en palabras de uno de los Jorgitos,
para que el planeta Tierra, la Humanidad, no se vayan al carajo, porque
quieren salvar a la Humanidad.
¿Y si la humanidad no quiere ser salvada? Al menos, por esta panda de orates...
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