En Cataluña, y en relación con el secesionismo, las instituciones no forman parte de la solución, sino del problema. Los golpistas se han infiltrado de tal manera en todo el entramado social que ya nadie se sorprende de nada; y lo peor es que, en la mayor parte de los casos, tampoco pasa nada.
Es el caso de la vicerrectora de
la Universidad Politécnica de Cataluña, que llamó a asaltar el aeropuerto José Tarradellas con ocasión de la fiesta regional. No es ya que desde las
instituciones se dé cobertura ideológica a los cafres que tienen la región,
literalmente, incendiada. Es que, además, se les incita a cometer sus desmanes
y tropelías.
Y esta señora no fue fulminantemente cesada, no. Dimitió ella para, dijo, evitar que las interpretaciones de sus mensajes puedan afectar a la institución. Teniendo en cuenta que sus mensajes estaban bien claritos, y que la institución parecía inclinada a mantenerla en su puesto, yo diría que ha quedado bastante afectada.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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