Y, por otra de esas
casualidades que tiene la vida, hoy comento también los resultados de las
elecciones regionales celebradas en Andalucía el pasado Domingo.
Recuerdo que, cuando
todavía estábamos en precampaña, me preguntaba, si tuviera que elegir, qué
preferiría: que el Partido Popular consiguiera mayoría absoluta, o que el
Partido Socialista cayera por debajo de los treinta escaños.
Lo primero daría
confianza a los populares, y les animaría, probablemente, a seguir en el camino
templado elegido por Núñez Feijó. Lo segundo supondría una humillación
para los socialistas y, quizá, les haría darse cuenta de la senda errada que
llevan y rectificarían (nah, yo tampoco lo creía posible).
Y, finalmente, ha pasado
lo que ha pasado: el PP ha conseguido mayoría absoluta, el PSOE tiene treinta
escaños raspados -no en San Telmo, como dijo ayer una comentarista, creo
que en Televisión Española, porque el palacio de San Telmo es la sede del
ejecutivo regional, mientras que la asamblea legislativa regional se encuentra
en el Hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor (también conocido como
Hospital de la Sangre)… y no, yo tampoco lo sabía-, Vox ha pasado a ser la
tercera fuerza por número de escaños (aunque se ha quedado muy lejos de lo
previsto), y la extrema izquierda se ha pegado el tortazo del siglo (como he
leído por ahí, el proyecto de Egolanda tiene más partidos que
parlamentarios), consiguiendo menos parlamentarios que Vox.
En cuanto a las declaraciones
que se han producido tras conocerse los datos, la primera es que los de la mano
y el capullo se escudan en que sólo han tenido siete meses para preparar la
candidatura… lo que hace pensar en qué demonios habrán estado ocupados los
otros dos años y medio transcurridos desde las últimas elecciones (ya lo
sabemos: en acabar con el susanismo). Dice también la Lastre que
si Moreno ha ganado ha sido gracias a los ingentes fondos (¿sacados de
dónde? Del bolsillo de los españoles) aportados por el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer para la lucha contra el
Covid (es la Covid, Adri, la Covid, de COronaVIrus Disease,
es decir, enfermedad por coronavirus). O sea, que el psicópata de La Moncloa
ha sido quien ha ganado las elecciones andaluzas, aunque sea con un partido que
no es el suyo.
Luego, los periodistas
hablan del miedo a Vox, aunque parece que quienes les tienen más miedo
son los propios analistas políticos, porque, lo que es la gente, les vota. Y en Génova ven cada vez más cerca la posibilidad de recobrar el poder en España.
Y, para terminar, el
batacazo que se han pegado las distintas coaliciones neocom, que en lugar
de reconocer sus posibles errores, se han dedicado a tirarse los trastos a la cabeza las unas a las otras. Al menos, Teresa Comosellame dice que no se
presentará otra vez, con lo que nos libraremos de ella. Veremos si es cierto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!