martes, 7 de junio de 2022

Reflexiones atemporales CVI – Aquí no podía pasar… ¿o sí?

Quizá para cuando publique esta entrada (la incorporo a la cola a finales de Abril), el psicópata de La Moncloa no es más que un mal recuerdo; o peor, la deriva autocrática y liberticida de su persona y del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer hace que ya no se puedan siquiera plantear críticas como las mías.

Naturalmente, cuando publico la entrada, no ha pasado ni una cosa ni la otra (mes y medio es poco tiempo… o no, recordemos esos Diez días que estremecieron el mundo), y las cosas siguen como estaban: es decir, mal tirando a peor.

A lo que iba. Cuando un país, partiendo de una situación democrática (perfecta o imperfecta, aunque la democracia perfecta creo que no existe, porque no es operativa en el mundo actual), emprende una deriva hacia la autocracia, los demás países suelen decir que eso, en sus respectivos estados, no podría ocurrir. Generalmente tienen razón… hasta que ocurre.

Viene todo este rollo a Venezuela y España. Tras la llegada de Chávez al poder, el gorila rojo desarrolló una serie de medidas que, partiendo de la democracia (al menos, formal), han llevado al país a convertirse en una dictadura (lo mismo que pasó con la Alemania nacionalsocialista en los años treinta del siglo pasado). Cuando las cosas se contemplaban desde España, el comentario habitual era, como he dicho, eso aquí no puede pasar.

Pero tras la llegada del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, uno ya no es tan escéptico al respecto. Si Hacienda, imitando al gobierno regional vasco, pretende que comercios y bares envíen en tiempo real los recibos de compra que emitan al cliente, y que los recibos lleven integrado un código QR para que el cliente pueda comprobar si la transacción ha sido declarada a Hacienda. Un gran hermano en toda regla, vamos. Por otra parte, el ninisterio de Mortandad quiere que los ciudadanos consuman menos alcohol en los bares y que los propiosnegocios contribuyan a ello.

Todo muy democrático, todo muy altruista… todo muy dictatorial. Soy abstemio (suelo decir que bastantes tonterías digo ya sobrio), pero casi estoy inclinado a ponerme a trasegar alcohol, siguiendo la doctrina Mafalda.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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