Algunas personas que me conocen dicen que mis opiniones son parciales, que siempre pego palos para el mismo lado, o que peco del sesgo de confirmación. Todo ello puede ser cierto, pero es que hay cosas que hasta los más reacios deberán admitir que son verdad.
Y una de ellas es que,
en la llamada cuestión catalana, los socialistas hace mucho que dejaron
de ser parte de la solución -si es que alguna vez lo fueron, que esa es otra-
para convertirse en parte del problema.
Porque, ¿cómo puede
interpretarse el hecho de que los socialistas y los separatistas aprueben en la asamblea legislativa catalana la norma que niega el veinticinco por ciento de español en clase?
Alguno vendrá diciendo que el llamarles separatistas ya indica a las claras mi sesgo ideológico…
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