En el gremio progre, el hacer política con el tema de la pandemia de la COVID-19 está mal visto, es muy feo… pero sólo y cuando los que lo hacen son los demás. Cuando es la izquierda la que lo emplea como palanca para atacar a la derecha, entonces está bien. Vamos, más o menos lo mismo que ocurre con el terrorismo, la inmigración, la violencia doméstica y, en general, cualquier tema que haya en el mundo mundial.
Y esto ocurre no sólo a
nivel político, sino también a pie de calle. Cuando explotó la pandemia, a algunos
conocidos, familiares incluso, les molestaba que yo criticara al desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, o incluso que pusiera en
duda su sinceridad o la efectividad de sus medidas. No es el momento,
decían. Pero ellos no tenían empacho en atacar al gobierno regional de Madrid,
(nada) casualmente dirigido por el Partido Popular.
Y como los hay que no
aprenden, la izquierda sigue con la matraca. Y como en la derecha parece que
hay cada vez menos complejos, y entre las más desacomplejadas se encuentra Isabel
Díaz-Ayuso, cuando la atacan, responde, y les dice a los neoneocom, tras
la utilización política por éstos de la sanidad, que a los madrileños les mató la COVID, no ella.
Habrá quien me diga que
eso mismo se podría predicar del consejo de ninistros, y no se lo discuto…
como espero (en vano, me temo) que no me discutan que el gobierno de Madrid no
negó la evidencia, mientras que el estatal sí; que el gobierno de Madrid no
animó a asistir al aquelarre feminazi, mientras que el estatal sí; que
el gobierno de Madrid no decía un día una cosa y al día siguiente la contraria,
mientras que el estatal sí; y que no se ha demostrado que el gobierno de Madrid
supiera del tema con antelación, mientras que todos los indicios apuntan a que
el nacional sí.
Por ello, y por mucho más…
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