Que el partido de la mano y el capullo es una formación podrida hasta la médula, que emponzoña y corrompe todo aquello que toca, es algo que resulta evidente por mucho que pretendan alejar el foco de atención resaltando la corrupción de los demás, que también la tienen.
Pero es que hace una semana
saltaban dos noticias, a cual más importante: la primera, que un caso de corrupción en Castilla-La Mancha, en el que se encontraban implicados fondos europeos,podría duplicar la malversación del caso de los ERE (lo cual, considerando que
era, por su importancia, el caso más importante de la Historia de España, ya es
decir bastante); la segunda, que el marido de la dimitida directora general de
la Guardia Civil acumuló nueve cargos dependientes del gobierno regional andaluz cuando éste se encontraba bajo la férula socialista, en pleno caso ERE.
Todo muy ejemplar. Ejemplo de lo
que no hay que hacer, quiero decir.
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