Para la izquierda española, la comunidad autónoma de Madrid es el foco de todas sus obsesiones. Por mucho que hagan, ni siquiera en los peores momentos del Partido Popular han sido capaces de arrebatar el gobierno de la región a la derecha.
Y este cuarto de siglo largo en
que los de la mano y el capullo, solos o en compañía de los neocom, han
mantenido sus zarpas lejos de la Real Casa de Correos, se nota. Porque Madrid se
ha convertido en la región más próspera de España, aunque algunos, de Pirineos
para abajo, lo nieguen (pero, a la que se despistan, hasta una sectaria de
libro como Petisú Montero lo reconoce).
Pero de Pirineos para arriba sí que se han dado cuenta, y clasifican a Madrid en el puesto trigésimo segundo, dedoscientos treinta y cuatro, dentro del índice de competitividad regional, holgadamente por encima de la media comunitaria. La mejor del Sur de Europa, al nivel de regiones del centro y de Norte del continente.
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