La guerra civil terminó hace ochenta y cuatro años, y los rojos la perdieron. Francisco Franco falleció hace (casi) cuarenta y ocho, y lo hizo de viejo y en la cama.
Sin embargo, para la izmierda
española parece que la contienda fratricida -que, además, ellos no habrían
provocado- terminó ayer, y que el Caudillo siguiera vivo. En sus mentes desde
luego, porque sacan a pasear al Generalísimo a las primeras de cambio.
La penúltima ha sido la noticia
de que los de la mano y el capullo preparan un homenaje a las victimas NoCHe
del franquismo. Probablemente desconozcan -y, aunque lo conozcan, lo negarán-
que la Ley de Vagos y Maleantes la promulgó su progresoide y añorada república.
Por otra parte, ¿para cuándo un homenaje a las víctimas NoCHe actuales que se producen en las tiranías islámicas?
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