Es lo que me pregunté cuando leí el titular de que denunciaban más agresiones sexuales en el centro comercial de Badalona -Cataluña, el oasis de civilización frente a la barbarie del resto de España, ya se sabe- donde fue violada una niña de once años.
Y cuando uno lee la noticia es peor,
porque no se trata sólo de individuos -me refiero a los criminales- procedentes
de una determinada etnia u origen social, sino que parece haberlos de todo tipo
y condición.
Para rematar la faena, resulta
que los delincuentes graban sus repugnantes actos con móviles y los hacen
circular por redes sociales, sin que apenas nadie -padres, familiares,
compañeros- haga nada en el sentido de denunciar la situación.
Acaba la noticia diciendo que Dadas
las circunstancias, el Ayuntamiento de Badalona y la consejería de Interior han
anunciado que reforzarán la seguridad en la zona con patrullas de agentes
uniformados y que no descartan recurrir a agentes de paisano.
A buenas horas, mangas verdes…
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