Hace poco murió Mari Carmen, la ventrílocua; y no, como decían los titulares, Mari Carmen y sus muñecos, puesto que lo correcto serían en todo caso, decir Mari Carmen, la de los (o sus) muñecos.
A lo que iba. Apenas una o dos
semanas antes se publicó una entrevista que le hicieron, con motivo de su
octogésimo cumpleaños. Decir probablemente diría muchas cosas, pero el titular,
o uno de los entresacados, era que todo lo que sucede en el mundo está
orquestado por el club Bilderberg.
Dado que la artista parecía gozar
de buena salud -aunque cualquiera puede morirse de repente-, uno no puede por
menos de pensar si no hubo una mano negra detrás de su caída…
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