Hace cosa de medio siglo, los de la mano y el capullo se manifestaban, si no junto a, sí con las ideas de, los de la serpiente y el hacha. José María Benegas, que en paz descanse, iba detrás de una pancarta que, traducida de alguno de los siete dialectos regionales del vascuence, o de ese producto de laboratorio que nadie habla, decía viva Vascongadas libre.
Cincuenta años después, nada
parece haber cambiado (o, como diría Lampedusa, todo ha cambiado para que todo
siga igual), y unos y otros comparten, bien a las claras, objetivos comunes.
Y lo ha puesto de manifiesto el recién
nombrado delegado en Madrid del desgobierno socialciomunista que tenemos la
desgracia de padecer, al decir que el partido de la banda asesina de
ultraizquierda ha hecho más por España que todos los patriotas de pulsera.
Lo malo, con ser grave, no es que
dijera esto. Lo malo fue que se apoyó en hechos falsos, al decir que habían apoyado
los (inconstitucionales) estados de alarma promovidos por el psicópata de la
Moncloa, cosa que sí hicieron los del trifachito. Salvo que quisiera
decir, en un lapsus freudiano, que oponerse al psicópata y sus secuaces es
trabajar a favor de España.
En cuanto a lo otro, han hecho más, sí… mucho más, pero malo.
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