La Comunidad Económica Europea fue, en su origen, una vía para ayudar a la economía del viejo continente, devastada tras la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, con el tiempo
llegaron la política, la burocracia y demás, y parece que han olvidado aquellos
objetivos originales para, casi parece, dedicarse a combatirlos.
Es el caso de la llamada ley
de restauración de la naturaleza, que no sé para qué sirve, aunque por el
nombrecito puedo imaginármelo, y que ha puesto en pie de guerra a agricultores
y pescadores, que reclaman su paralización.
Es la famosa agenda 2030: según ellos, no tendremos nada, pero seremos felices. Lo segundo no lo sé, pero lo primero parecen decididos a conseguirlo…
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