lunes, 19 de junio de 2023

Police lives matter

En Estados Unidos, tradicionalmente, se ha considerado que la policía, ante un gesto de amenaza, dispara primero y pregunta después. Quizá a continuación les caiga un marrón del quince, pero por lo menos están vivos para recibirlo.

En España ocurre al contrario: dado el buenismo del sistema penal, que en lugar de castigar el crimen parece querer reformar al delincuente, unido a la desidia en proporcionar a las fuerzas del orden un equipamiento adecuado, se producen con relativa frecuencia incidentes en las que policías son agredidos, heridos o incluso asesinados por delincuentes.

Es lo que pasó hace una semana en Andújar, cuando un policía intervino en una pelea entre vecinos y fue muerto. Al menos, el agresor pagó su crimen, porque fue abatido a tiros por el compañero del policía muerto.

Policía al que ya de poco le servirá que sus compañeros clamen por la falta de material y de protocolos claros, y menos aún que el ninisterio a cuyo frente se encuentra el ninistro Pequeño tenga bloqueada la adquisición de pistolas eléctricas, instrumento que habría permitido que tanto policía como agresor siguieran vivos.

De hecho, acababa de redactar lo anterior cuando me he encontrado con que el sindicato de mandos policiales denuncia que la modernización de la policía lleva cinco años en una parálisis total.

Curiosamente, los mismos que el psicópata de La Moncloa lleva detentando el poder.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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