La ventaja de estas reflexiones atemporales es que me permiten poner por escrito cosas que no es que no se me hayan ocurrido ahora, sino que vengo diciéndolas desde hace mucho tiempo (vale, básicamente diciéndomelas a mí, pero nos entendemos).
Y una de esas cosas es que, en
política sólo existen la derecha y la izquierda: con sus matices, sus
gradaciones, pero esas dos ideologías, esos dos modos de ver el mundo y de
intentar organizar la cosa pública.
Y ello es porque el centro no
existe. El centro es como el año cero de la era cristiana, que no se produjo:
del año uno antes de Cristo se pasó al año uno después de Cristo. Igualmente,
no existe el origen de coordenadas, es un punto y se acabó. De hecho, diría que
el único cero que existe es el de la escala Celsius de temperaturas, ese en el
que dicen que Fernando Morán dijo ni frío ni calor.
Del mismo modo, tampoco existen
los independientes en política. Podrán ser personas apartidistas, no afiliadas
a ninguna formación política. Pero dado que, aunque en teoría el mandato es
representativo, en la práctica es imperativo, el hecho es que cualquier independiente
que va en una lista electoral se convierte, si es elegido, en un mandado más
del mandón de turno.
Resumiendo: en política, los
independientes son un invento del centro, y el centro… es un invento de la
derecha y de la izquierda. Aunque todavía hay quien cree en unos y en otro.
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