Dentro de ese mejunje ideológico que es el llamado movimiento woke, lo que se refiere al género se lleva la palma en cuanto a ser estrafalario.
Para empezar, porque los seres
vivos lo que tienen es sexo (y, si tienen suerte, mucho… perdón por el humor de
trazo grueso), no género (y sexos sólo hay dos, aunque algunos casos, pocos,
excepcionales, raros, presenten rasgos de ambos sexos). Y luego, porque en ese
afán integrador, igualitario, lo que hacen es caer en el
ridículo, como hombres (de los de toda la vida) anunciando compresas o
bañadores femeninos, o transexuales publicitando cerveza.
Y como la gente, en general, no
es tonta (no toda ni del todo, al menos), empieza a estar harta de estas
sandeces, y golpea a las multinacionales que ceden a esa presión destructora
donde más les duele: en la cuenta de resultados.
Alguno habrá que ni así aprenderá…
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