Cuando están en la oposición, las izquierdas españolas se oponen a tomar medidas en caliente: todo debe ser pensado, medido, reflexionado. Cuando llegan al poder, en cambio -oh, sorpresa, oh, maravilla-, se dedican con fruición a actuar sobre la marcha.
Es el caso de la llamada ley
del sólo sí es sí, en puridad ley Sánchez-Montero. Tomaron como pretexto
para patrocinar este engendro legislativo la violación en grupo de una chica durante
los sanfermines, de hecho, la opinión publicada izquierdosa ya había condenado
a los entonces presuntos culpables antes incluso de que comenzara el juicio.
Pues bien, en un tristemente
irónico giro de los acontecimientos -no diré inesperado, puesto que
gente como la indocta egabrense han reconocido que sabían que la norma era un
bodrio, y aun así callaron-, se ha sabido que el Tribunal Superior de Justicia
de Navarra revisara la condena de la manada antes de las elecciones de
dentro de un mes.
En el interín ha habido otras manadas
de magrebíes, por ejemplo, pero han recibido mucha menos atención por parte de
la izmierda. Será porque son de otra cultura…
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