Incluso entre los teóricamente más instruidos del partido de la mano y el capullo, las demostraciones de ignorancia -o de fingida ignorancia, lo cual es peor, porque sustituyen la estupidez por la malicia- son casi continuas.
Tomemos el caso de Napoleonchu
y de Ojoconél, ministros de Asuntos Exteriores, respectivamente, de
España y de la Unión Europea. Reclamaron un estado palestino (entre
críticas a Israel) en la cumbre que, gracias a las ofensivas palabras del
psicópata de la Moncloa, descartó Netanyahu.
Pero el caso es que los único no
interesados en la existencia de un estado palestino son los musulmanes en general,
y los propios palestinos en particular. Porque ello conllevaría, automáticamente,
el reconocimiento del estado de Israel. Algo que les hace echar espumarajos de
rabia.
Así que… ¿de quién es la culpa, realmente?
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