El carácter patrimonialista de la izquierda española le lleva a colonizar todas las instituciones con personas en las que, por encima de su cualificación profesional, prima la ideológica… suponiendo que tengan de la primera, claro está. Aunque luego, décadas después, personas que pensabas que sólo estaban allí por ser unos bien mandados demuestran tener criterio y principios.
Hay otros, en cambio, en que por muchos años que pasen no
paran de reafirmar -no descarto un sesgo de confirmación por mi parte- que
carecen de principios, y que su único criterio es el de favorecer al partido
que les propuso.
Es el caso del antiguo fiscal particular del gobierno y actual mamporrero en la presidencia del Tribunal Prostitucional. Por lo que se ve, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer está buscando un presidente de transición para el Consejo de Estado -ya que la actual carece de la cualificación necesaria para el puesto- hasta que el ensucia togas termine su mandato en el edificio de Domenico Scarlatti.
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