Si algo tiene la izquierda es que no permite que la realidad se interponga en el camino de sus dogmas.
Es el caso del -admitámoslo a
efectos puramente argumentativos- calentamiento global provocado por la
actividad humana. Lo lógico sería abandonar los combustibles fósiles por otras
fuentes de energía que sean rentables y poco contaminantes.
Hasta ahí bien. Lo malo es que
sólo hay una fuente de energía rentable, eficiente y poco contaminante: la
nuclear. Pero la energía nuclear es anatema para el progretariado, tanto
más cuanto más fanático es. Por eso, mientras en otros países no sólo no se
cierran centrales nucleares, sino que se abren nuevas, en España el desgobierno
socialista que tenemos la desgracia de padecer sigue obcecado en el cierre de
los reactores existentes… cierre que traerá apagones y aumento de las emisiones de anhídrido carbónico.
Pero, al psicópata, plim.
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