Hay circunstancias en las que no cabe la neutralidad o la equidistancia. Si no se está contra el mal, se está a favor de él. Fue el caso del nacionalsocialismo, del comunismo, del terrorismo o del islamismo: si no estás con las víctimas, estás con los verdugos.
Esa es la posición del desogbierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y del psicópata que lo encabeza:
en la fase actual del conflicto entre Israel y los terroristas palestinos, el
que no está del lado de Israel está del lado de los terroristas.
Por ello, no es de extrañar que,
tras la descortesía diplomática -incluso suponiendo que tuviera razón, que no
la tenía- que supuso decirle a la cara a Netanyahu que los conflictos con los
terroristas se solucionan con diálogo, los terroristas de Hamás agradecieran al
psicópata su postura clara y audaz (algunos añadiríamos suicida)
ante la respuesta de Israel en Gaza.
Por ello no es de extrañar que
Israel convocara a los embajadores español y belga -países que tienen la
presidencia rotatoria de la Unión este semestre y el que viene- tras las
declaraciones del psicópata en Egipto, repitiendo al ofensa.
Tristemente, tampoco es de
extrañar que el ministro español de Exteriores, a quien las malas lenguas
llaman Napoleonchu, dijera que las acusaciones de Israel son falsas
e inaceptables.
Ni tampoco es de extrañar que Juanita
Petarda -el marxismo siempre ha sido anti sionista- llamara al boicot contra las empresas que colaboran con Israel, como Carrefour.
Ese último detalle no lo había leído hasta ahora. Ya compraba allí, pero ahora lo haré con más ganas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario