La relación de los de la mano y el capullo con lo público se basa en un principio, nítidamente enunciado por la indocta egabrense: lo público no es de nadie. Esto tiene dos derivadas: como no es de nadie, es del primero que le pone la mano encima, es decir, ellos mismos; además, no tienen que dar cuentas a nadie del despilfarro que hagan con esos fondos.
Eso, y la psicopatía galopante
que padece el que está al frente del desgobierno socialcomunista que tenemos la
desgracia de padecer, explica que no se le dé una higa el incumplir las
resoluciones de los tribunales internacionales de arbitraje relacionadas con el
impago de las primas a las renovables que España se comprometió a pagar y que ha
venido sistemáticamente no haciéndolo, especialmente desde que la izquierda detenta
el poder.
Y si el Reino Unido embarga cuatro cuentas bancarias a España por los citados impagos, a Sin Vocales le da lo mismo: total, el dinero no sale de su bolsillo…
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