No sé si es por la herencia universalista del marxismo o por un afán desmedido fruto de una soberbia desbocada, pero los miembros más prominentes (y no me refiero al apéndice nasal, aunque también) del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer hablan y actúan como si un poder superior, laico desde luego, les hubiera ungido como dirigentes globales de este malhadado planeta, y todos los demás tuvieran (tuviéramos) que acatar sin rechistar sus demenciales desvaríos.
Así, la tucana de Fene ha abierto
la puerta a una reforma legal para intentar procesar a Israel en España
por genocidio. Además de no haberse enterado de que expulsamos -craso
error, y hablo en serio- a los judíos hace más de medio milenio, nadie ha
conferido a nuestro país potestad alguna en materia de justicia universal, que
de las nubes para abajo compete sólo a la corte internacional de La Haya, y de
las nubes para arriba, al Altísimo.
Mientras, Napoleonchu Albares daba por zanjada la crisis con Israel. Pero como debía prever tedio, lo hizo cargando contra el país con el cual acababa de zanjar una crisis. No hay quién los entienda…
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