Era cuestión de tiempo que, agotadas todas las demás vías para librarse de la justa condena por sus delitos, Jorgito Polluelo se subiera al carro de la amnistía. Total, si hasta los sobornos del Farça al estamento arbitral podrían, caber, ¿por qué no él y toda su recua de hijos delinquidores?
Pues el que dententara el tratamiento de muy honorable ahora se ha declarado víctima del lawfare para que le admitan dentro de la medida de gracia. Vamos, que todo lo que hizo, robó y estafó, lo hizo por Cataluña.
Si yo fuera El Lute, por ejemplo, me apresuraría a buscarme algún antepasado catalán, que seguro que cuela.
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