Evidentemente, nadie puede obligar a otra persona a vacunarse, de nada, si no lo desea. Otra cosa es que se le sugiera, persuasivamente, que lo haga.
Eso es lo que ha ocurrido en Austria,
donde las autoridades han decidido restringir la movilidad de aquellas personas
que no estén vacunadas contra la Covid-19. Como he dicho, nadie les obliga a
vacunarse; pero, si deciden persistir en su postura de no hacerlo, verán
limitadas sus opciones vitales.
Podrá discutirse si la decisión
gubernamental es lícita o no (no digo lo de legal porque conozco a alguien que
presupone que toda norma aprobada con los requisitos legalmente establecidos lo
es, a lo que yo replico que las leyes nacionalsocialistas de segregación racial
caerían dentro de esa cesta), pero el caso es que es una decisión. Mientras, en
España, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer no
dice ni una cosa ni la contraria… y la incidencia vuelve a subir.
Por ello, y por mucho más…
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