La entrada de tapadillo en España del líder del Frente Polisario -una joyita que está acusado de crímenes bastante serios, tanto de tipo individual como contra colectividades- puede tener unas derivadas que nadie podía prever inicialmente.
Que el tirano marroquí se
mosqueara era lógico: España había prestado ayuda a alguien que está levantado
en armas contra él. Pero que la cosa tuviera consecuencias de puertas adentro
es una novedad, novedad que debemos a uno de esos miembros del poder judicial
que honran la toga que visten.
Porque la cosa no parece afectar
sólo a la entonces titular de Exteriores, o a la entonces y ahora de Defensa
(que parece estar saliendo bastante bien librada de todo esto), sino también al
pasado y actual de interior, y hasta a la que fuera vicepresidente primera del
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Es sintomático que quien haya
asumido la defensa de González Laya haya sido la abogacía del Estado. Teniendo en
cuenta que la buena señora (en el sentido grouchiano de la expresión) ya
no es nadie, el disponer a su favor de medios del Estado sólo puede responder al
deseo de querer prevenir errores o fugas de información… o posibles resquemores
y despechos, que todos somos humanos.
En su declaración ante el juez,
la ex ninistra afirmó que no se hizo ninguna verificación del pasaporte.
No deja de ser curioso que sólo tres días antes hubiera declarado desconocer la existencia del pasaporte (falso) que su anterior número dos había entregado
al juez… pasaporte que había sido expedido en Argelia el mismo día de su
entrada en España.
En cuanto a las razones por las
que no identifica a la X del caso Ghali,
González Laya se despachó diciendo que sería como desnudar una parte muy seria de nuestra política exterior. Dejando aparte que hace mucho tiempo
que España no tiene una política exterior que pueda calificarse de seria,
lo que se está preguntando no es cuáles son los mecanismos que se siguen o las
razones que nos guían, sino quién fue quien tomó la decisión.
Decisión que, en cualquier caso, ya sabemos de quién partió: del psicópata que dice que hicieron todo de acuerdo a la legalidad. Pero si no saben lo que es eso…
No hay comentarios:
Publicar un comentario