martes, 2 de noviembre de 2021

Reflexiones atemporales LXXV - Una solución a los despropósitos del sistema autonómico (II)

…y, dos meses después, remato (¿de verdad? ¿No habrá más entregas?) esta serie que nunca pensé que fuera una serie, esta especie de trilogía oficiosa sobre el tema.

Muchos de los problemas de la actual situación política española derivan del hecho de que las formaciones políticas de dos regiones, Vascongadas -tradicionalmente, el PNV, aunque los del p-ETA amenazan con subírseles a las barbas- y Cataluña -tradicionalmente, los convergentes, aunque hoy aquello es una sopa de letras, entre ierreceos, jotaporcatos, organizaciones extraparlamentarias y demás-, tienen una representación parlamentaria muy por encima de su porcentaje de votos a nivel nacional.

Y este es el problema, el sistema electoral. Para las elecciones parlamentarias (nacionales o regionales, aunque en éstas la cosa canta menos), la circunscripción electoral es la provincia. De nada sirve tener un número apreciable de sufragios, si los mismos se encuentran dispersos por, como suele decirse, toda la geografía nacional. Si, por el contrario, se concentran en unas pocas provincias -tres en el caso de los vascos, cuatro en el de los catalanes-, se saca un rendimiento mucho mayor a esos votos.

De nada vale quejarse de que el sistema electoral es injusto (quizá lo sea), como hacen aquellas formaciones -generalmente, de izquierdas- que, pese a conseguir una cantidad razonable de votos, se quedan sin escaño. El sistema es el que es, y si no te gusta, propón alternativas. Así, a vuelatecla, voy a proponer unas cuantas, antes de entrar a la que verdaderamente me interesa (en todos los casos, tomo como estimación de voto la última publicada por el CIS):

  1. Circunscripción nacional, voto proporcional: sencillamente demencial. Entre PSOE y PP tendrían mayoría absoluta, por los pelos. El PSOE tendría que unirse con comunistas, separatistas, y hasta ecologistas (los terroristas son opcionales) para conseguir la mayoría absoluta. Vamos, más o menos como hasta ahora.
  2. Circunscripción nacional, ley D’Hont: hecho deprisa y corriendo, sobre treinta y dos escaños (no tengo tiempo de ponerme a calcular los trescientos cincuenta) el PSOE sacaría once, el PP ocho, Vox 5, los neocom cuatro, Ciudadanos dos… y luego ya aparecen los secesionistas.
  3. Circunscripción provincial, Ley D’Hont corregida: esta es mi propuesta. ¿En qué consiste la corrección? Pues en establecer un porcentaje mínimo de votos a nivel nacional. Con el tres por ciento, habría sólo siete partidos con representación (PSOE, PP, Vox, neocom, Ciudadanos, ierreceos y neo-neocom); con el cinco por ciento, sólo cinco. Podría establecerse una especie de premio de consolación, permitiendo las coaliciones (claro, que los del PNV tendrían que ponerse de acuerdo con los etarras, o los ierreceos con los jotaporcatos, o todos ellos entre sí) o exigiendo sacar el porcentaje mínimo a nivel regional, pero en varias comunidades autónomas (para no ponérselo fácil, digamos que cuatro: los vascos sólo pueden aspirar a Navarra, y los catalanes a Valencia y Baleares). Y si no, los regionalistas a sobrevivir en su comunidad.

Esa es mi propuesta. Ahí la dejo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: