Dice el viejo adagio latino que errar es de humanos. A esta frase se le han aplicado dos apostillas, una elevada y otra, podríamos decir, más a ras de tierra. La primera es que perdonar es divino; la segunda, que echarle la culpa a otro es más humano todavía.
Cuando un socialista, sea del
sexo que sea, admite haber cometido un error, siempre lo hará ofreciendo alguna
disculpa o justificación. En el caso de la salida de las tropas occidentales de
Afganistán, ha sido la ninistra de Defenza, la inefable Madgadita
Doblez, la que ha admitido que fue precipitada, y que hay que aprender para otras misiones.
Pero vamos a ver, alma de
cántaro: ¿es que nadie recuerda la salida de las tropas estadounidenses de
Vietnam? A mí es lo primero que me vino a la mente cuando, hace unos meses, saltó
la noticia de que los yanquis dejaban el país de los talibanes.
Si en Vietnam no aprendieron la lección -hay sitios en los que no debes meterte, pero si lo haces, ve hasta el fondo-, ¿que nos hace pensar que esta vez sí lo harán?
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