Cuando un político español de izquierdas dice que hace algo por una razón en concreto, hay que desconfiar; si dicho político pertenece al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, uno puede estar seguro de que el motivo que le mueve podrá ser cualquiera, excepto aquel que expone.
Tomemos el caso de la propuesta
del psicópata de La Moncloa de trasladar instituciones del Estado fuera de
Madrid, a provincias en general despobladas o deprimidas económicamente (más
que la media, quiero decir). Afirma Sin vocales que lo hace para vertebrar
España (eso lo dice el que la está descoyuntando), y para crear empleo. La razón
más probable la expuso la presidente regional madrileña: lo que Pdr Snchz
pretende es fastidiar a Madrid, comunidad que tiene la desagradable costumbre de
no optar por los de la mano y el capullo desde hace un cuarto largo de siglo,
por mal dadas que vayan las cosas para los del charrán.
Lo de la cohesión, claro está, es
una pamema: en Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, todo (o la mayoría) está
en la capital o cerca de ella, y no por eso son naciones más desvertebradas. Y
en cuanto a los motivos, cuando Cádiz -metonimia, claro, me refiero al
consistorio de la capital provincial- se ha ofrecido como sede del Tribunal Constitucional, un concejal ha defendido que existen diversas razones que respaldarían
tal elección: Por un lado, la historia de la propia ciudad, cuna del
constitucionalismo español y marcada como referencia histórica por la
promulgación de la primera Constitución Española, lo cual ya es una razón de
sobra, y por otro lado, razones políticas y también razones económicas, dado el
impulso de desarrollo económico y social que supondría para la ciudad.
Como suelo decir, la última razón es la verdaderamente importante para el que las expone.
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