Siempre he mantenido que lo que amalgama los ejecutivos golpistas en Cataluña es que el odio que se tienen entre sí las diversas fuerzas que los componen sólo es superado por el odio que profesan a España. De acuerdo con el redactor del artículo que comento en esta entrada, hay otras razones.
Paso a reproducir las tres
primeras frases del artículo en cuestión:
Sólo los cargos públicos, el acceso a los fondos públicos y la ostentación del poder mantienen unido el gobierno regional de Cataluña. Es una obviedad y algo que puede pasar en todos los ejecutivos de coalición, pero en el caso de la Generalidad es de una obscenidad con pocos o ningún precedente. Los dirigentes de los dos partidos que dan sustento al Govern se odian sin disimulo y con una rudeza que deja en evidencia a los partidos de la oposición.
Como de momento son los ierreceos
los que tienen la sartén por el mango -tanto en el consejo regional de gobierno
como en el apoyo al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer-, son los que pueden presumir de algo; en este caso, de haber conseguido
(la promesa de) que el psicópata de La Moncloa obligará a que las plataformas
audiovisuales tengan un contenido mínimo en ese dialecto del occitano que se hablaba en Barcelona.
Naturalmente, los jotaporcatos
no pueden permitirse perder comba, y acusan a los del bleferóptico con
sobrepeso de facilitar la tramitación de las cuentas públicas a cambio de
nada, a lo que ellos contestan que no admiten lecciones de nadie y menos
de quienes aceptaron un estatuto recortado.
Y, a todo esto, los Clicks Unidos de Playmobil callan…
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