jueves, 13 de octubre de 2022

A la ofensa añaden el insulto

Cuando los neocom eran poco más que una pandilla de perroflautas que se dedicaban a ocupar la vía pública de aquellos ayuntamientos en los que gobernaba el Partido Popular -cuando no eran más que el movimiento quince eme, quizá por quince mierdas-, aseguraban defender a la gente y estar contra la casta.

Pero ¡oye!, fue llegar al poder, olvidarse de la gente y convertirse en casta, adoptando los peores modos y maneras de aquellos a los que decían combatir. Pero sin abandonar la insolencia, el descaro y la autoconcedida superioridad moral de la izmierda, que les permite hacer las mayores barrabasadas y decir los mayores embustes sin que se les mueva un músculo de la cara.

Es el caso de la ninistra de Lomismodá, que se marchó a Estados Unidos con tres amigas -una de ellas, delincuente convicta y confesa, por lo que no debería haber podido entrar en el país- en un viaje gratis total, con todos los gastos pagados y perdiendo el tiempo haciéndose fotos que, teniendo en cuenta la dureza adamantina de los rostros fotografiados, deberían haber hecho estallas las cámaras empleadas.

Y encima, tienen el descaro de afirmar, al desglosar los gastos, que la alimentación les salió a nueve euros y medio por persona (ejem) y día. O se creen que somos imbéciles, o las imbéciles son ellas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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