De no detentar la presidencia del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer un sujeto tan ahíto de ambición como ayuno de escrúpulos, es dudoso que hubieran conseguido con tan poco derramamiento de sangre (propia) tantos de sus objetivos.
Pero el secesionismo es
un cáncer implacable, que al tiempo que corroe el sistema busca extender más y
más sus tentáculos. Y hace un mes, los ierreceos urgían al psicópata de
La Moncloa a fraguar el asalto al Tribunal Prostitucional para poder blindar la impunidad golpista y su butifarrendum III, esta vez pactado.
Menos mal que hay vocales del Consejo General del Poder Judicial, órgano que tiene que designar a dos magistrados de la Corte de Garantías al mismo tiempo que el consejo de ninistros designa otros dos, que cerraron filas contra el asalto de Sanchinflas, y se negaron a ceder antes del tope -fijado por quienes detentan el poder ejecutivo- del 13 de Septiembre.
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