jueves, 20 de octubre de 2022

Estrujón fiscal

Siempre hay dos maneras de hacer las cosas: la que sigue la izquierda española, y la correcta. Pero es que, además, la izquierda lleva muy mal que se la ponga frente a sus propios errores porque, ya se sabe, nunca va a permitir que la realidad se interponga en el camino de sus (erróneos y errados) dogmas.

En el caso de la política tributaria, la izquierda siempre ha tendido a subir los impuestos, ignorando la curva de Laffer y ateniéndose a la máxima de que, cuanto mayor sea el tipo impositivo, mayor será la recaudación (que, con Rajoy, Montoro mantuviera una presión fiscal alta es otra historia y daría para otra entrada).

Los gobiernos de derechas (léase, del PP), sin embargo, han tendido a mantener los impuestos relativamente bajos. Esto es especialmente cierto en el caso de la comunidad de Madrid, que sólo ha conocido un presidente de izquierdas, el primero: todos los demás han sido del PP; más o menos liberales, pero del PP.

Ahora, con mayoría absoluta también en Andalucía, al Sur de Despeñaperros parece que van a descubrir también qué es eso de que no te crujan a impuestos. Algo que ha sentado bastante mal en Ferraz, que consideraban Andalucía poco menos que como su cortijo privado (la metáfora es, evidentemente, intencionada).

Ante esto, el ninistro Escrivá -creo que es el de Inseguridad Social, pero no me voy a molestar en comprobarlo- ha reaccionado pidiendo recentralizar impuestos. Algo que es poco probable que se produzca, porque no tienen los escaños, ni los redaños, para quitarles sus juguetes a los de la barretina o los de la boina (con o sin capucha).

Así que ajo y agua, sociatas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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