La izquierda en general, y la extrema izquierda en particular, no saben de economía, si por tal entendemos, conforme a la definición que aprendí en primero de carrera, la sabia administración de recursos escasos.
Para ellos, la única
manera de administrar los recursos, sean escasos o abundantes (ya se encargarán
de que los abundantes dejen de abundar), es que los administre el Estado. Es decir,
el partido. Es decir, ellos.
Por eso, no es de
extrañar que los neocom españoles quieran entrar en el negocio eléctrico con cooperativas energéticas subvencionadas (total, el dinero público no es de
nadie), o que propongan supermercados públicos en España, y que afirmen tan campanudos
que no es una medida soviética.
Aunque, por una vez, están en lo cierto: es una medida franquista. Porque están describiendo los economatos de mi infancia, cuando el Caudillo estaba todavía vivo y su mano (ya no firme, por el Parkinson) regía aún los destinos de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario