Uno de los rasgos definitorios de la izquierda española es no tolerar en los demás lo que ellos practican. No sólo eso, sino que, en caso de recibir una dosis de su propia medicina -con una posología claramente insuficiente, dicho sea de paso- reaccionan con una vehemencia completamente injustificada.
Cuando un político de
izquierdas habla, no se limita a criticar al rival, sino que le insulta, le
injuria, le calumnia, le veja y le zahiere (o pretende hacerlo)… eso, cuando no
le amenaza directamente de muerte, de palabra o con gestos.
Por eso, que MeMa la neocom
pida a la presidente de la comunidad de Madrid que elimine sus insultos y ataques -dije yo en cierta ocasión en que dediqué a zETAp epítetos poco
elogiosos, Díaz-Ayuso se limita a ser descriptiva- no merece más respuesta que
le que le dio el portavoz del consejo regional de gobierno: que fue la
formación morada la que abrió la caja de Pandora.
Quien siembra vientos recoge tempestades, cría cuervos y te sacarán los ojos, de aquellos polvos vienen estos lodos… escoge el refrán que quieras, Mónica MeMa.
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