La eterna duda con los socialistas españoles, al menos desde el cambio de milenio, es qué factor es más determinante en su toma de decisiones, si la maldad o la estupidez. Porque lo de vacilar entre una y otra se acabó: son tan malvados como estúpidos, y tan idiotas como miserables.
Pero en cuanto a qué
juega más, ahí sí que permanece la incertidumbre. Y cuando leo que España compra a Rusia el doble de gas que en 2.021, pese a las exigencias de la Unión Europea,
no estoy seguro de si el psicópata de La Moncloa financia al genocida del
Kremlin por simpatía ideológica o por simple necedad.
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