Estoy en contra de cualquier clase de discriminación, sea positiva o negativa: el que vale, vale, y el que no, a la calle.
Los giliprogres, en
cambio, pretenden arreglar el problema de la desigualdad a base de cuotas,
imponiéndolas por Ley. Hace tres semanas, el psicópata de La Moncloa anunció
que impondría por Ley la paridad en el consejo de ministros y en los consejos de administración de las grandes empresas.
Si respondo en serio, digo que el
problema de imponer cuotas es que siempre quedará la duda de si quienes accedan
a esos puestos mediante esas cuotas lo harán porque valen para el puesto… o porque
tienen que rellenar una cuota. Aunque tan inútil es Petisú Montero como
Francisco Nadie.
Si respondo en broma, señalo que
hay tantas identidades de género que no hay sala de juntas lo bastante
grande como para acoger un consejo de administración en el que todos estén
representados.
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