Tenía pendiente la versión moderna de la serie de los ochenta. La premisa no variaba: una flota alienígena llegaba a la Tierra, tripulada por extraterrestres monónimos (todos tienen un solo nombre, sin apellidos) con una apariencia completamente humana (suspensión de la incredulidad de tamaño gigantesco), y cuyas intenciones parecían ser absolutamente benevolentes (con énfasis en parecían).
Otra cosa que tienen en común es que
la serie quedó cancelada de modo inacabado… y aquí acaban las semejanzas,
porque -sin ánimo de descubrir nada- la serie de los ochenta acababa bien,
mientras que el cliffhanger de ésta es absolutamente derrotista. Además,
se llega al mismo tras una escabechina entre los personajes.
Otra variación es que la primera
mestiza, en ambas series con enormes poderes mentales -que nadie explica de
dónde salen- y que crece a un ritmo acelerado, en esta ocasión se posiciona del
lado de los lagartos.
Como crítica, decir que los
efectos especiales son bastante cantosos, sobre todo en lo que se
refiere a la nave visitante. Como diría uno de mis hermanos, vaya doble toma.
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