Algunas afirmaciones de los secesionistas catalanes producen una mezcla de risa y preocupación. Risa, porque son ridículas; preocupación, porque son una muestra bastante evidente de lo deteriorado de su estado mental.
Y cuando uno lee el titular de que
la televisión pública regional catalana denuncia que los niños cantan en los
patios de los colegios canciones en español que dan miedo, se abalanza a
leer el artículo para intentar averiguar qué horribles tonadas son esas que
hacen temblar el ánimo de los aguerridos secesionistas catalanes.
Pero no se especifican en ninguna parte, con lo que uno se pregunta si una de tales melodías será la de Mambrú se fue a la guerra, que les retrotraiga a la época de la guerra de sucesión española, en la que, según ellos, perdieron todas sus libertades.
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