Una sola cosa cierta han dicho los neocom desde que llegaron al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer (antes de eso, ninguna), y es la de que es una anormalidad que estén en el mismo. Lo de que eso explica su diarrea legislativa (la expresión es suya, no mía, aunque por una vez estoy completamente de acuerdo con algo dicho por ellos) es verdad, pero sólo a medias.
Porque la otra parte de la verdad
es que todas ellas son, en mayor o menor medida, unas degeneradas, en el peor
sentido de la palabra. Gente obsesionada con el sexo, que no paran de sacar el
tema, venga o no venga a cuento, y a la que nos demás no les importamos una
mierda.
Y, entre todas ellas, la que más
ha hecho por alzarse con el título de más repugnante, tanto en lo físico como
en lo moral, es la secretaria de Estado de desigualdad, cuyo nombre renuncio a poner,
que tan pronto hace mofa, befa y escarnio de las víctimas de los delitos
sexuales como se lamenta del adoctrinamiento que hace que las chicas
prefieran la penetración antes que la autoestimulación.
Será porque ella no encuentra quien la estimule… y eso que se declara bisexual. Pamsexual, la llamaría yo.
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