Cuando el infame zETAp pergeñó la ley de desmemoria histérica, proclamó que lo hacía con la intención de cerrar las heridas de la Guerra Civil. Mentira y gorda, que diría su ninistra de Incultura, la simpar González Sinde-scargas.
Porque las heridas estaban
cicatrizadas, curadas y olvidadas. Sólo el afán sectario y falto de escrúpulos
de una banda de miserables, dispuestos a hacer lo que fuera para seguir
detentando el poder, permitió alumbrar una norma sectaria, inconstitucional,
injusta y peligrosísima.
Y como todo es susceptible de
empeorar, hay gente con menos escrúpulos, más sectaria y más miserable, que non
sólo han pergeñado una más infame aún ley de memoria democrática, sino
que incluso pretenden crear una fiscalía especial que investigue los crímenes
del franquismo… ¡hasta nada menos que 1.982!
Puestos a investigar crímenes
impunes, que investiguen los perpetrados durante la segunda república contra
los católicos, y durante la guerra civil contra todos los que no comulgaran con
las ruedas de molino del bando rojo.
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