En el mundo actual, la gente suele querer respuestas ya. Y hay veces que las respuestas, si quieren ser lo que los angloparlantes denominan accurate -para algunos términos, el inglés es una lengua preciosamente precisa-, requieren de tiempo para formularse.
Cuando no se concede ese tiempo,
la respuesta que se da es, necesariamente, aproximada. A veces, incluso inexacta,
y tiene que ser rectificada, o incluso contradicha. Hasta ahí, sin problemas.
Los problemas empiezan cuando
está en juego la vida de personas. No de decenas, centenares, millares o
decenas de millar de personas. De centenares de millar, incluso de millones. Porque
claro, puedes alertar contra la variante ómicron de la Covid-19 y decir que es contagiosísima
y letal, y luego recular y decir que esa variante no es tan grave y que las vacunas funcionan.
Pero ¿con cuál de las dos
afirmaciones te quedas? ¿A cuál de las dos haces caso? ¿Cómo pretendes que la
gente se fíe de los científicos, por más que los científicos no tengan culpa de
nada, los pobres?
Por ello, y por mucho más…
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