Cuando hay tanta gente -léase, partidos políticos- intentando pillar cacho, ponerse digno -esto es, subir las apuestas con las exigencias- a la hora de prestar apoyos puede resultar peligroso.
Por ello, cuando una formación da
largas -y más en Cataluña, donde todos andan vigilándose unos a otros para no
perder comba-, siempre hay otra presta para ofrecerse, no importa lo opuesta
que se hubiera mostrado hasta cinco minutos antes.
Así, cuando los Clicks Unidos
de Playmobil rechazaron apoyar los presupuestos regionales, los ierreceos
entablaron conversaciones con los neocom, que aceptaron prestar su apoyo a cambio de apoyar las cuentas de la bruja Piruja en el
ayuntamiento barcelonés, que habían rechazado la semana anterior.
Con ello mataban dos pájaros de
un tiro, puesto que también dejaban al margen a los jotaporcatos.
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