martes, 28 de diciembre de 2021

Reflexiones atemporales LXXXIII – La extrema derecha no existe, estúpidos

Una ideología extremista supone llevar al límite los principios de esa ideología. La extrema izquierda, por ejemplo, supone colectivismo, ausencia de propiedad privada, dictadura del proletariado (o de quieres se han arrogado la representación del mismo). Si dices extrema izquierda, cualquiera te responderá comunismo; si tu interlocutor tiene un poco más de cultura, quizá te mencionen al anarquismo.

Pero la extrema derecha… eso es otra cosa. Si dices extrema derecha, probablemente te digan nazismo, o fascismo. Y eso es un error. Cuando señalas que tanto una como otra ideología nacieron en la izquierda, incluso los más cultivados progres -que los hay- contestarán lo dices por lo de nacionalsocialista, ¿no? Y sí, precisamente por eso lo digo.

Tanto nazis como fascistas nacieron en la izquierda: Hitler pertenecía al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán; Mussolini, por su parte, militó en el Partido Socialista Italiano. Bien mirado, en nada se diferenciaban los regímenes fascistas y los marxistas: ambos odiaban las democracias, ambos propugnaban un partido único, ambos eran expansionistas, ambos sometían todo al Estado, ambos eran antisemitas (que se lo digan a los judíos en la Unión Soviética), ambos eran racistas y supremacistas (de los ucranianos a los tártaros, todos las pasaron canutas con Stalin), ambos eran ateos. En lo único en lo que se diferenciaban, pues, es en el nacionalismo de las ideologías de raíz fascista, frente al internacionalismo (teórico) de las marxistas.

Por lo tanto, una ideología de extrema derecha debería ser una que tuviera, exacerbados, los principios de la derecha: libertad económica, aparato del Estado pequeño… Es decir, quizá los libertarios al useño modo, o los minarquistas (término con el que me he topado al preparar esta entrada).

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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