En materia de dogma, los católicos debemos aceptar que el papa de Roma (en cierto modo, esto es un pleonasmo, puesto que para los católicos no hay más papa que el que vive en Roma) habla ex cáthedra e inspirado por el Espíritu Santo.
Otra cosa es en materias más
mundanas. En esas, el sumo pontífice no deja de ser un ser humano y, como tal,
falible. Por ello, mis críticas van dirigidas a Jorge Bergoglio, y no a
Francisco… aunque uno y otro sean la misma persona.
Porque es muy fácil pedir acabar con la globalización capitalista, calificándola como un sistema de muerte, pero sin ofrecer una alternativa a cambio. Y es bastante miserable que la policía vaticana arrebate la bandera cubana a un grupo de disidentes y que, además, hubiera órdenes de no permitir entrar a cubanos en la Plaza de San Pedro, ni permitirles exhibir su enseña patria.
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