La decadencia del imperio romano ya había comenzado cuando permitieron a los bárbaros vivir dentro de sus fronteras, pero se agudizó con tal decisión (impuesta por las circunstancias quizá, eso lo admito), y no hablemos ya cuando se les entregó la defensa de las fronteras.
Con la Unión Europea parece estar
pasando algo semejante. Olvidando las raíces cristianas de Europa, doblan la
cerviz ante aquellos que pretenden imponernos su forma de vivir y su
cosmovisión, y se renuncia a muchas cosas para no ofenderlos.
Estos invasores, que ya
viven entre nosotros y que no renuncian a sus costumbres, son sobre todo los musulmanes,
religión fácilmente intolerante donde las haya. Aunque no lo digan, estoy
seguro que fue por ellos por lo que recomendaron que no se felicitara la
Navidad, sino las fiestas.
Vista la que se montó, se apresuraron a envainársela, diciendo que no era un documento maduro, que
se trataba de ilustrar la diversidad cultural de Europa o que no todo
el mundo celebra igual el periodo vacacional de Diciembre. Pero, al igual
que los giliprogres hispanos, bien que se suben al carro, en lugar de
trabajar (es un decir, un giliprogre no trabaja ni aunque le vaya la vida en
ello).
Es por ello que hoy, la despedida
es doble.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
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