Un socialista español (aunque supongo que en otros países pasará algo parecido) sólo coincide con la verdad por casualidad. El psicópata de La Moncloa, que (a diferencia de lo que parecen considerar algunos) no es una aberración dentro del PSOE, sino más bien la sublimación de su trayectoria, el corolario de siglo y medio de historia, la quintaesencia de los de la mano y el capullo, rara vez dice algo con sinceridad.
En realidad, sólo una
vez, que yo recuerde, ha dicho algo que se corresponda, no con su concepción de
la realidad -como que la Fiscalía General del Estado depende del Gobierno de
España-, sino con la realidad misma.
Esa ocasión fue cuando,
en entrevista televisiva, manifestó que un consejo de ministros en el que se
sentaran ministros comunistas supondría un escenario en el que una parte del gobierno
diría una cosa y otra parte la contraria. Semejante perspectiva no le impidió dar
entrada a los neocom en el consejo de ninistros, y el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer nos ha llevado a la
situación en la que nos encontramos…
…en la que la parte comunista, aunque minoritaria, se dedica a abrir flancos con (o contra) la socialista. Hace un mes, con la petición de imponer puertas abiertas a la inmigración ilegal por mar. De pura estupidez, su maldad resulta suicida.
Lo malo es que, en su suicidio, nos arrastrarían a todos los españoles con ellos.
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