El fundador del partido de los de la mano y el capullo, Paulino Iglesias Posse, se estrenó parlamentariamente afirmando que su partido estaría en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, como han estado todos los partidos, cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones.
En esto, los socialistas
han sido fieles continuadores de las palabras de su fundador. Los comunistas,
por otra parte, nacieron hace ahora cien años como una escisión del socialismo,
y a través de sus sucesivas denominaciones (PCE, IU, Podemos, Unidas Podemos,
Sumar…), en su tránsito de ser paleocom a convertirse en neocom
(el mismo zorro con distinto nombre, porque, como dice en Romeo y Julieta el
bardo de Stratford-upon-Avon, ¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa /
tendría la misma fragancia con cualquier otro nombre… pues lo mismo vale
para los comunistas), se han mantenido igualmente devotos de semejante
proclama.
Y como no les gusta que
se les lleve la contraria, y como Isabel Díaz-Ayuso lo hace un día sí y otro
también, los neocom preparan una ley (o eso que ellos llaman ley) para
prohibir a la presidente de la comunidad de Madrid el reparto de sus becas
escolares.
¿No habíamos quedado que la educación es materia de competencia autonómica? ¿O es que lo es sólo cuando a la izquierda le conviene?
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